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Larraín no alcanzó a ser el ministro de Hacienda que más duró en el cargo

El ahora exsecretario de Estado tuvo una gestión marcada por frases polémicas, una economía que comenzó a desacelerarse el segundo año de gobierno y un lento avance de las reformas tributaria y previsional.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 28 de octubre de 2019 a las 12:43 hrs.
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Un viejo dicho reza que "las segundas partes nunca fueron buenas". Algo de ello probablemente es cierto en el caso de Felipe Larraín, quien hasta hoy se desempeñaba como ministro de Hacienda de la segunda administración de Sebastián Piñera, luego de ejercer dicho cargo entre marzo de 2010 y marzo de 2014.

El economista de la Universidad Católica, con un doctorado en Harvard, se transforma así en el tercer ministro del ramo que no termina su período en los últimos cuatro años, luego de que Alberto Arenas dejara la cartera en mayo de 2015 después de ser designado en marzo del año anterior, y luego de Rodrigo Valdés renunciara a dicho puesto en agosto del 2017 tras más de dos años al mando de las finanzas públicas en el segundo gobierno de Michelle Bachelet.

De esta manera, Larraín no alcanzó a convertirse en la persona que más tiempo ha ejercido el máximo cargo de la institucionalidad económica del país, título que recae en su amigo Nicolás Eyzaguirre, quien lo ejerció entre marzo de 2000 y marzo de 2006, además de un breve lapso de siete meses entre agosto del 2017 y marzo del 2018. El saliente ministro alcanzó a estar cinco años y siete meses en el piso 12 de Teatinos 120.

La gestión de Larraín distó de la relativa tranquilidad con la que comandó la economía en el primer período de Sebastián Piñera, cuatrienio en el que la economía se expandió a tasas cercanas al 5%. Si bien el primer año de gobierno (2018) la actividad se expandió un 4%, por sobre lo esperado y su nivel más alto en cinco años, a partir de fines del año pasado la economía comenzó un ciclo de desaceleración afectado por el impacto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, lo que llevó al PIB a crecer apenas 1,8% en el primer semestre de este año.

Las perspectivas de crecimiento para el actual ejercicio pasaron de 3,5% a 2,5%, mientras que para 2020 las proyecciones ya están en 3%. Y si bien la actividad ha tendido a acelerarse en los últimos dos meses, con registros de crecimiento de 3,2% y 3,7% en julio y agosto, respectivamente, el mismo Larraín reconoció que a partir de octubre dicha senda se va a interrumpir debido a los efectos de los desmanes y saqueos en Santiago y el resto de las regiones en las últimas semanas.

La batalla por el gasto

Uno de los ejes de la gestión del también exdirector de Clapes UC al arribar al edificio de calle Teatinos fue contener el fuerte crecimiento del gasto público heredado del anterior gobierno. Así, ejecutó una serie de medidas de control y reducción de costos en el aparato estatal, con el objetivo de generar ahorros por US$ 4.400 millones en los cuatro años de gobierno. También se comprometió a estabilizar la deuda pública y reducir el déficit estructural a razón de 0,2 puntos del PIB por año.

Sin embargo, dichas metas han sido más complejas de alcanzar que lo esperado. Si bien en 2018 hubo una fuerte reducción del déficit fiscal hacia niveles por debajo del 2% del PIB, la situación empeorará este año y se espera que el siguiente el déficit se mantenga sobre los dos puntos del Producto ante el costo de la nueva agenda social, que derivará en US$ 600 millones de sobre gasto. Adicionalmente, la deuda pública se mantiene sobre el 26% del PIB y se espera una estabilización recién hacia inicios de la próxima década.

Frases polémicas y atrasos en reformas

El ministro Larraín tuvo a su cargo dos de las principales reformas del segundo mandato de Sebastián Piñera: la tributaria y la previsional.

La primera, presentada casi seis meses luego de llegar al gobierno, ha tenido un proceso de trámite complejo, que duró un año solamente en la Cámara de Diputados, proceso en el que la cartera tuvo que ceder a varias demandas de la oposición con tal de mantener la integración del sistema impositivo, considerado el "corazón" de la iniciativa. La situación se ha complicado más todavía en el Senado, donde la oposición se ha unido en contra del principal eje de la reforma y también ha encontrado con escaso apoyo del oficialismo. De hecho, Renovación Nacional ha abierto un canal de diálogo con la oposición para explorar alternativas a la integración del sistema. Hoy, en medio de la nueva contingencia social, todos los sectores asumen que será inviable integrar el sistema tributario.

La reforma previsional, en tanto, aún no es aprobada en su primer trámite en la Cámara y se prevé un complejo tránsito hacia el Senado.

Más allá de lo técnico, el exsecretario de Estado vivió una serie de episodios complejos a nivel político, siendo el principal la denuncia de mayo de 2018 por haber costeado con dineros fiscales un viaje a la Universidad de Harvard al que fue invitado antes de jurar como ministro -aunque se materializó cuando él ya estaba desempeñándose en el cargo-. La Contraloría eximió de responsabilidad a la autoridad y descartó irregularidades, a pesar de que Larraín asumió de forma privada parte del costo.

En los últimos meses Larraín emitió una serie de frases que le valieron críticas de parte de parlamentarios y las redes sociales. Por ejemplo, en junio declaró que dormía "tranquilo" con la proyección de 3,5% de crecimiento del PIB que tenía el gobierno, la que luego fue rebajada a 2,6% en medio de la guerra comercial. En agosto pidió, en tono de broma, a un grupo de monjas que rezara para que se terminara el conflicto comercial entre las dos principales economías del mundo.

 

La más reciente fue a inicios de este mes, cuando se conoció la nula variación del IPC de septiembre. En pleno Palacio de La Moneda, el secretario de Estado aseguró que las flores habían caído de precio en el mes, por lo que instó a la ciudadanía a comprar dicho producto.

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